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La depresión en la Tercera Edad.

La depresión en la tercera edad es más comun de lo que pensamos, cuanto más nos adentramos en el camino de la vida, surgen escollos y dificultades que provocan desaliento, mal humor y pérdida del interés en mantener hábitos saludables para nuestro cuerpo. El pensamiento se hace más lento, crece el desgano, la falta de iniciativa, el descuido por la dieta y sueño. Los casos más graves presentan tendencias suicidas. Otros menos graves caen  fácilmente en la melancolía. Cualquiera que sea la situación concreta, todo trastorno psíquico debe atenderse por un especialista en la materia. El tratamiento de tal condición debe abordarse desde una perspectiva biopsicosocial, considerando cada factor que influye en ella. Es bueno conocer ciertas recomendaciones básicas sobre la salud neurológica, pues eventualmente todas las personas mayores están en riesgo de padecer depresión, aunque  tal vez no sean conscientes de ello.

Síntomas iniciales de la depresión En La Vejez.

La depresión incipiente o menor aparece con frecuencia en pacientes mayores de 60-65 años. Generalmente se manifiesta debido a la constricción del sistema vascular y la aterosclerosis, causantes de hipertensión arterial y pequeños accidentes cerebro-vasculares a veces imperceptibles. También procede de un deterioro neuronal asociado al envejecimiento. Los  síntomas más comunes son el retardo psicomotor, la reducción de la fluidez verbal, la pérdida de interés en las actividades diarias y un bajo control emocional con propensión a la tristeza.

Terapia Preventiva

Antes de la aparición de los primeros síntomas depresivos es indispensable la prevención mediante el control y atención sistemática de las condiciones médicas preexistentes:

  • Control de la tensión arterial
  • Terapia del dolor crónico y la osteoartritis, 
  • Correcciones ópticas y auditivas
  • Chequeo del tracto urinario y la próstata en los hombres.
  • Control de la diabetes.

Un buen seguimiento de tales factores contribuye a la estabilidad psicológica de los pacientes. Además es conveniente la suplementación con vitaminas y fármacos que fortalecen el sistema nervioso con probada eficacia. La terapia celular con exosomas ofrece grandes ventajas, porque actúa directamente sobre los tejidos neuronales, sin pasar por el tracto digestivo. 

Terapia Con Exosomas

Los exosomas son pequeñas vesículas portadoras de proteínas específicas, ácidos nucleicos y lípidos relacionados con las células de las que proceden y juegan un importante papel regulador en el organismo. Los astrocitos son la población celular más abundante del sistema nervioso central y tienen un estrecho vínculo con la depresión y la ansiedad. Los exosomas aportados por la sueroterapia de Vita Novas en su paquete «The Shield» inciden en  los astrocitos y las interacciones del sistema nervioso central con todos los sistemas del cuerpo. 

En las afecciones neurológicas, las neuronas empaquetan sustancias tóxicas en las vesículas y las liberan en el espacio extracelular, lo que conduce a la propagación de proteínas neurotóxicas mal plegadas. Los exosomas aportan en estos casos  propiedades terapéuticas neuroprotectoras, regenerativas y antiinflamatorias. Debido a su ínfima dimensión y a su seguridad biológica pueden atravesar la barrera hematoencefálica sin una respuesta inmunológica y son susceptibles de administración selectiva. Por todo ello la sueroterapia con  exosomas es una vía ideal para el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas asociadas con los estados depresivos en la tercera edad.

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